La
depresión afecta a millones de personas en el mundo, tanto a mujeres como hombres, de
todas las edades o estratos sociales.
Se manifiesta
por
falta de energía, falta de interés por sus actividades diarias, así
como laborales y sociales,
falta de capacidad para sentir placer por las
actividades que antes le eran placenteras, cambios en los hábitos alimenticios,
en el peso, el dormir, fatiga,
desmotivación, tristeza, sentimientos de
ser menos que los demás, de culpa, frustración, desesperanza o de inutilidad.
Existen estrategias
para tratar la
depresión como la
psicoterapia y el uso de
medicamentos
antidepresivos los cuales no son adictivos, además de ser supervisados por
médicos expertos en la materia.
Debido a las
creencias equivocadas que la depresión “es algo trivial, sin importancia,
propio de individuos débiles y que echándole ganas se puede superar” o que
acudir con un
psiquiatra buscando una evaluación para llegar al
entendimiento
del padecimiento y recibir un tratamiento adecuado que nos haga sentir
mejor, es considerado socialmente como “mal visto”, muchas personas se niegan a
visitar al psiquiatra debido a estos prejuicios.
A pesar de que
existen
medicamentos antidepresivos eficaces, solo una tercera parte de
los pacientes con depresión reciben tratamiento.